Al igual que los trofeos y logros deportivos siempre tienen médicos y fisioterapeutas detrás, puede que haya una historia de fisioterapia de larga duración y fisioterapia diaria a las espaldas de los músicos. Por ejemplo, la violista Inés Picado, cuya vida desde la infancia ha estado llena de horas de ensayos y conciertos, ha recorrido el mundo, manteniéndose en contacto con su fisioterapeuta y rehabilitador en la clínica Optimme. En esta clínica se está trabajando intensamente para crear un curso especial para los músicos que se enfrentan a trastornos musculoesqueléticos. Dondequiera que esté la joven violista, su jornada comienza con una gimnasia adaptada a sus características físicas y destinada a fortalecer sus hombros y detener el desarrollo de la escoliosis. A los 18 años, Inés Picado ya colaboraba con la Orquesta Sinfónica de Galicia y posteriormente estudió en Suiza y Estados Unidos, donde obtuvo varias becas. En cada ocasión, la chica atribuye a la increíble labor de un fisioterapeuta de La Coruña el haber hecho posible un sinfín de actuaciones.
Un profesor se dio cuenta de su problema musculoesquelético y le aconsejó que buscara un buen fisioterapeuta para evitar que empeorara por el aumento de la carga de trabajo. El mismo problema llevó a la clínica a la joven flautista María García. La chica acude a la consulta con su flauta, que será necesaria para el examen. Dentro de una sala acristalada equipada con cámaras de infrarrojos que se esconden en todos los rincones, los especialistas dejan a la paciente, colocando los electrodos y dispositivos necesarios en su cuerpo. A continuación, le piden que realice movimientos básicos mientras toca la flauta para establecer qué músculos están más implicados durante este proceso. En este punto, un programa informático registra cada pulso de la tensión muscular, reproduciendo todas las fluctuaciones y cambios en dos monitores.
Durante el estudio, se descubre que la chica tiene un pequeño problema en el pie, que no es evidente en este momento, pero que podría manifestarse vivamente en el futuro, complicando su carrera musical con un dolor constante y una tensión excesiva en la parte baja de la espalda. «Todos estos pequeños cambios pueden verse con detalle durante un estudio biomecánico», explica la clínica de rehabilitación Alba Kohns. El programa informático se adapta a las características de la postura y los movimientos del músico durante su interacción con el instrumento y crea un modelo virtual en movimiento que estructura y refleja todas las tensiones que el cuerpo real está experimentando en ese momento. Los datos resultantes están en manos de un equipo de profesionales cualificados que trabajan juntos para crear una lista de recomendaciones y ejercicios personalizados. Por ejemplo, remitieron a la flautista María García a un ortopedista, que podrá encontrarle unas plantillas especiales para la columna vertebral para prevenir el desarrollo de la enfermedad. A la clínica también acuden a menudo personas que han sufrido un accidente de tráfico y quieren evaluar el estado de su cuerpo y elegir un método eficaz de recuperación, y deportistas que quieren desarrollar los recursos latentes de su cuerpo.